Con
este artículo no pretendo hacer un juicio de valor
sobre el tema del compromiso, pero si hacer una reflexión
sobre lo que éste representa dentro del marco de la
responsabilidad que adquirimos como padres en la vida de nuestros
hijos.
Todos
sabemos que la educación empieza en casa y los valores
que promovemos se construyen en la familia, y es en la familia
donde se establecen nuestras responsabilidades como hijos
y como padres como también nuestros compromisos.
Comprometerse
hoy en día con algo o con alguien parece que estuviera
“pasado de moda”. Las relaciones cada vez son
más efímeras, las cosas cada vez están
hechas para durar menos y hasta sacar algo adelante se convirtió
en un reto para muy pocos. Encontrar personas insatisfechas
con la vida, en su trabajo, desorientadas en el estudio y
ansiosas por encontrar “la felicidad” de una manera
fácil, rápida y que no implique esfuerzos ni
sacrificios es cada vez algo más normal.
Enseñarles
a nuestros hijos a adquirir compromiso no es una tarea fácil
mientras nosotros como padres no lo tengamos. Cuántas
personas no conocemos que vieron frustrados sus sueños
porque prefirieron la rumba al estudio, el dinero fácil
a los esfuerzos y sacrificios, la pereza al ánimo y
la dedicación; la apatía , el abandono y la
dejadez al anhelo, a la actividad...¡a luchar por los sueños!
Comprometerse
equivale a cerrarle las puertas a la pereza, a la apatía,
al abandono, a los intereses materiales a las malas compañías;
comprometerse es abrirle las puertas a luchar por tus sueños
con disciplina, perseverancia, decisión, actitud, seguridad
y sobre todo con ¡mucho amor!
Mamá
te invito a que adquieras compromiso con tu vida para que
abras la puerta de tus sueños y los de tus hijos. No
siempre es fácil pero las satisfacciones son muy grandes
y vale la pena hacerlo.
