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Mucho se ha hablado sobre la importancia del juego en los niños para aprender a relacionarse con el mundo y con los demás, para desarrollar su talentos y habilidades, para adquirir concentración y capacidad de trabajo en equipo, etc., sin embargo todo esto…para qué?
Los tiempos cambian y por supuesto los juegos a los cuales pueden acceder los niños hoy en día también cambian. Es evidente que la tecnología se ha apoderado del tiempo libre de los niños y esto a su vez les ha brindado la posibilidad de obtener con un solo “click” desde la muñeca que habla, llora y hace pipí, hasta convertirse en el mercenario mas asesino que existe sobre la tierra con todas las armas , proyectiles y granadas a su disposición.
¿Dónde queda la posibilidad de desarrollar la creatividad para que una silla pueda convertirse en un trono, en una nave espacial o en una cueva llena de murciélagos y arañas?, ¿dónde se le apuesta a la imaginación para que un palo cualquiera pueda convertirse en un caballo, en una espada o en una varita mágica?, ¿dónde está presente la actividad física para que el cuerpo se convierta en una herramienta de expresión y de acción y de esta manera evitar caer en problemas como la obesidad, la pereza, la apatía, etc.?
Cultivar la imaginación y la creatividad con los juegos es asegurar que un niño aprenda a buscar soluciones a problemas, que aprenda a vencer obstáculos y sobretodo, que aprenda desde pequeño a darle sentido la vida y a todo lo que le rodea.
Papás reflexionemos sobre los juegos que le damos a nuestros hijos y evitemos caer en el consumismo masivo de juegos que brindan satisfacciones momentáneas y “alegrías” superficiales. Los invito a que seleccionemos juegos que permitan a nuestros hijos desarrollar su imaginación, su creatividad y su capacidad de disfrutar con las cosas sencillas y simples de la vida.
Promover en ellos espacios seguros para correr, saltar, trepar; momentos para leer, experimentar, observar, descubrir; oportunidades para sentir, oler y escuchar; entre otros, es apostarle a que el niño sea un niño feliz y sano, un niño que se ría y se divierta , un niño que el día de mañana sea en un jóven que no caiga en las drogas, en el alcohol o en otros vicios en busca de placeres “ficticios” y satisfacciones momentáneas, es asegurar que un niño se convierta en un adulto con capacidad de ¡transformar el mundo con su talento y creatividad.!
Libro recomendado:
Cadena, Claudia. Niños: ¡a bailar!. Litografía Dinámica. Medellín, 2012
Adquiérelo en: Academia de Danza Claudia Cadena, Librería Museo Arte Moderno Medellín, Librería el Aconstista, Librería Todo en Artes, Almacenes Colors Mall Drive Inn.
Créditos:
Academia de Danza Claudia Cadena
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